Procesos sensoriales

El Sentido del Olfato

Es importante destacar algunas cualidades de nuestro sistema sensorial olfatorio:
1. Como seres humanos nos caracterizamos por ser menos sensibles a los olores comparados con otros animales; pero debemos recordar que nuestros receptores son extraordinariamente sensibles.
2. Tenemos la capacidad de identificar pequeñas diferencias en la intensidad de los olores.
3. Con la práctica podemos mejorar la capacidad de reconocer ciertos olores.
4. Nuestro sistema olfatorio nos permite reconocer y recordar a otras personas.

El sistema olfatorio está conformado por el epitelio, bulbo y los tractos olfatorios, además de las áreas olfatorias de la corteza cerebral. El olfato es un sistema sensorial que gran relevancia evolutiva, ya que representa el progreso en la quimiorecepción, la cual ha hecho posible captar información a distancia y no sólo por el contacto físico. En la mayoría de los mamíferos este sistema sensorial es de vital importancia para encontrar alimento y pareja, así como para prevenir los peligros. En algunos modelos de comportamiento las feromonas y sustancias odoríferas producidas por algunas especies que las esparcen al exterior y son captadas por otros miembros de la especie desempeñan un papel fundamental ya que condicionan la conducta a la información contenida en las mismas.

El Sentido del Gusto

El sistema gustativo como tal se apoya principalmente en la lengua, dicho músculo está ubicado dentro de la cavidad bucal, este órgano es responsable del funcionamiento de uno de los principales sistemas sensoriales con los que cuenta el ser humano, ya que nos brinda la oportunidad de experimentar las texturas, temperaturas y sabores de diferentes alimentos. Con la lengua tenemos la capacidad de paladear tanto sabores agradables como desagradables, las experiencias por medio de este músculo nos permiten recordar todas aquellas comidas que nos hacen salivar de antojo y las que nos desagradan incluso desde la niñez. 

Para que los seres humanos puedan determinar que alimentos son agradables y desagradables a su paladar, es necesario que las moléculas de las sustancias contenidas en los alimentos, se disuelvan con la saliva y de esta forma comiencen a funcionar los diferentes receptores de la lengua, para identificar si el alimento es dulce, salado, ácido o amargo; enviando señales de identificación al cerebro que permitan determinar si probaremos o no de nuevo dicho alimento. 

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